HELEN KELLER – DEL SILENCION A LA PALABRA
Helen nació en 1880 en Alabama Unidos. Cuando tenía 19 meses de edad, sufrió una grave enfermedad que la dejó ciega y sorda para toda la vida.
Afortunadamente, Helen era una niña con mucha vitalidad y con una personalidad muy sociable. Entonces comenzó a explorar el mundo usando sus otros sentidos.
Tocaba y olía todo, sentía con sus manos los movimientos de otras personas para saber lo que hacían, ordeñaba las vacas…
Sin embargo, a los cinco años de edad comenzó a darse cuenta de que ella era diferente a las demás personas. Se percató de que todos se comunicaban entre sí, y que para ello movían la boca.
Entonces decidió colocarse entre dos personas para tocarles los labios mientras hablaba las cosas. A medida que crecía, su frustración y su rabia aumentaron. Se convirtió en una niña salvaje, violenta e incontrolable.
Afortunadamente, su madre comprendió que la desesperación de Helen por comunicarse era la causa de su violencia. Entonces decidió contratar a una maestra privada. Así llegó Anne Sullivan a la familia Keller.
Anne provenía de una familia pobre y había perdido la visión cuando tenía cinco años. Tuvo la suerte de ser admitida en el Colegio Perkins para Ciegos, en Boston. Cuando Anne llegó a ese colegio, fue apodada "la fiera", porque era muy cabezona y también por su mal carácter pésimo comportamiento.
Por suerte, el director del colegio se dio cuenta de que Anne era una niña muy capaz. Entonces SE dedicó especialmente a enseñarle y así, con el tiempo, Anne llegó a ser una de las mejores alumnas del colegio.
Después de varios años, y tras dos operaciones exitosas, Anne recobró la visión. Luego, se graduó con honores como maestra de ciegos.
Cuando conoció a Helen, Anne se dio cuenta de que si la niña lograba comunicarse, cambiaría sus rabietas por buena conducta. Así que su primer paso fue enseñar a Helen el alfabeto manual.
Este alfabeto, también llamado Braille en honor del hombre que lo inventó, sistema de escritura en relieve. Gracias a él, Anne le enseñó a leer a Helen.
La maestra tomaba la mano de la niña y la ponía en el contacto con el agua. Luego la hacía tocar la palabra agua en Braille. Así, Helen comprendió que cada cosa que había en el mundo tenía un nombre. Poco a poco, comenzó a aprender nuevas palabras, luego frases, luego oraciones… Anne fue preparando a su alumna, enseñándole todo lo que ella necesitaría para luego aprender a hablar.
La curiosidad de la niña no tenía límites. Y la dedicación de la maestra tampoco. Las dos empezaron a salir juntas al campo, y Helen comenzó a conocer cosas cada vez más interesantes.
Con el tiempo, Helen llegó a ser más educada y amable, y pronto aprendió a leer y escribir usando el sistema Braille. También aprendió a leer los labios de las personas: los tocaba con sus dedos para saber qué sonidos habían emitido. Y por último, aprendió a hablar: Anne le enseñó a identificar las vibraciones que cada sonido hacía en la garganta, y Helen, poco a poco, pudo reproducir estos sonidos. Este fue el mayor logro de alguien que no podía oír absolutamente nada.
Así, Anne Sullivan no sólo le enseñó a leer y a escribir: sobre todo, le enseñó a entender y comunicarse con el mundo que existía a su alrededor. Un mundo que antes había permanecido oculto en el silencio y las tinieblas.
Anne y Helen nunca se separaron. Cuando la joven estuvo lista para asistir al colegio, su maestra la acompañó. Asistieron a una escuela para sordos y luego a otra para ciegos. La maestra actuaba como su intérprete: ella transmitía a las manos de Helen lo que los profesores decían, y la joven leía sus libros en Braille.
Helen demostró ser una excelente estudiante. Mientras estaba en la escuela, escribió La historia de mi vida. Este libro tuvo un rápido éxito, y gracias a él ganó suficiente dinero para comprarse su propia casa.
Se graduó finalmente con título de honor en 1904.
Helen era muy religiosa, y su fe la ayudó a acercarse a otras personas con ceguera y dificultades económicas. Para ello, creó la Fundación Americana para Ciegos.
Recorrió el mundo, dando innumerables conferencias. También escribió otros libros y se crearon varias obras y películas sobre su vida.
Helen Keller falleció en 1968. Ella y su maestra demostraron al mundo que las más grandes dificultades pueden ser superadas con amor, fe, esfuerzo y espíritu de superación.
Louis Bralli, el hombre que inventó la escritura para ciegos.