EL CANTOR DE RAZA NEGRA

Un pájaro rojo con el copete erizado y trazas de director, dio la señal y entonces ocurrió que todos los ejecutantes rompieron a tocar sus instrumentos...
-Necesito un solista para el acto segundo -dijo el pájaro maestro, cuando se perdió la última melodía en el atardecer.
-Quiero una voz jamás oída digna de recordarse...
-Aquí estoy yo -dijo el canario y comenzó a trinar con toda la armonía de que era capaz. Pero el maestro lo interrumpió:
-Va se sabe que tú cantas bien pero eres demasiado conocido y yo preciso alguien nuevo.
-Pues entonces yo seré el solista - dijo el jilguero, y lanzó al aire sus gorjeos mágicos, pero el maestro lo interrumpió:
-Tú eres tan conocido como el canario.
-Yo cantaré -dijo el ruiseñor - Mi voz y mi figura se han lucido en los palacios de la China y del Japón...
-Y por lo mismo no me sirves, porque eres más conocido que nadie.
- Entonces canto yo -dijo el tordo; pero su estampa y color hicieron reír a todos.
-Qué pretensiones, las de este negro insolente -dijo el canario.
-¿Cómo es posible que tú salvaje, pretendas rivalizar con nosotros que somos los príncipes del arte? - dijo el ruiseñor.
-¿De dónde saliste tú? ¿Quién te conoce? -dijo el jilguero.
-Este pájaro viene de los bosques, su linaje es oscuro como sus plumas -explicó el maestro
Pero un artista no vale por lo que fueron sus antepasados, sino por lo que es él mismo. De manera que dejémoslo cantar.
Y por primera vez, se oyó el canto del tordo. El maestro lo escuchaba con los ojos cerrados. Cuando terminó de cantar, lo abrazó con las alas y le dijo emocionado:
-Tú serás el solista. ¡Tienes la voz más armoniosa que he conocido!
Eres un digno cantor de la raza negra.
Y desde esa tarde, el tordo inició su carrera artística y llegó a ser famoso en todo el mundo.
Oscar Alfaro – Bolivia
