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CuentosDeDonCoco - 2010. Con la tecnología de Blogger.

EL DUENDECILLO Y EL ESTUDIANTE - Resumen

EL DUENDECILLO Y EL ESTUDIANTE

Érase un estudiante pobre que vivía en una buhardilla, y un tendero -dueño de la casa- que tenía como huésped a un duende; al cual en Navidad, le obsequiaba papas con mantequilla. Llegó el estudiante a comprar queso. Leyó el papel de la envoltura y descubrió -con estupor- que era la hoja de un libro de poesía. “Llevaré el libro y no el queso -dijo el chico-.Es un crimen. De poesía sabe menos que ese balde”.
Al duende le molestó esto. Por la noche, cuando todos dormían, entró el duende y encantó a todos los objetos de la tienda. Tocó al balde y le dijo: “¿No sabes lo que es poesía?”.-Claro que lo sé -respondió el balde-. Es una cosa que ponen en la parte inferior de los periódicos y que la gente recorta.
Todos los demás objetos apoyaron al pobre balde. -¡Y ahora, al estudiante! -pensó el duende; y subió a la uhardilla. Miró por el ojo de la cerradura y lo vio que estaba leyendo eI libro adquirido la tienda. ¡Qué claridad irradiaba de él! Del libro emergía un vivísimo rayo de luz que iba transformándose en un poderoso árbol que cobijaba adolescente.
-¡Asombroso! dijo el duende nunca lo hubiera pensado! A lo mejor me quedo a con el estudiante.
-¡Pero él no tiene papas, ni mantequilla! -resolvió.
Pero desde ese día ya no pudo estar en paz. Apenas veía brillar la luz en la buhardilla, subía a mirar por la cerradura; y siempre se sentía rodeado de una luz divina. ¡Qué dicha sería estar junto al estudiante! Quiso quedar con él, pero al pensar en las papas y la mantequilla decidió a favor del tendero. Una noche despertó al duendecillo un alboroto horrible.
Había estallado un incendio. La alarma era espantosa. La mujer del tendero estaba tan consternada, que se quitó los aretes de oro y se los guardó en el bolsillo para salvar algo. El tendero tomó sus billetes; y la criada, su mantilla de seda. El duende corrió, se metió en la habitación del estudiante, cogió el libro y -metiéndoselo en el gorro rojo- lo sujetó con sus manos: el gran tesoro estaba a salvo. Luego subió a la punta de la chimenea y allí estuvo, iluminado por las llamas.
Entonces, reparó dónde tenía su corazón; a quién le pertenecía. Pero cuando el incendio cesó y hubo vuelto a sus cabales, pensó: «No, puedes irte de aquí: las papas, la mantequilla».
Entonces, fue un auténtico ser humano. Todos procuramos estar bien con el tendero: por las papas la mantequilla.
Hans Christian Andersen

CUENTO ¿QUÉ QUIERES SER CUANDO SEAS GRANDE? ROSALINDE

ROSALINDE
Hoy Fredi está de visita en casa de su amiga Rosalinde. Están jugando con la excavadora y con los cubos de construcciones. Rosalinde le está explicando a Fredi que de grande quiere ser arquera de fútbol, ingeniera o capitana de navío.
- ¿Arquera de fútbol? -dice Fredi-. ¡Estás chiflada, completamente chiflada! Y tampoco puedes ser ingeniera. Para ser ingeniera hay que manejar muchas cifras y hacer muchos cálculos. Las mujeres no están capacitadas para eso.

Fredi piensa así. Y sin embargo, él se copia siempre las tareas, de Matemática de Rosalinde. Si no tuviera a Rosalinde de compañera de carpeta, le habrían llamado la atención un montón de veces. Y cuando la profesora pregunta a Fredi, Rosalinde le sopla en voz baja.

- Además, las mujeres no entienden nada de tecnología -dice Fredi.

Pero el día anterior, Rosalinde había arreglado el lapicero de cuatro colores de Fredi, porque él no sabía hacerlo. Y otro día, osalinde le tuvo que explicar a Predi para qué sirven las ruedas del despertador, por qué un despertador necesita un resorte para la cuerda y por qué un reloj de pilas no necesita resorte. Rosalinde lo sabe porque él abuelo se lo ha explicado.

- Y que seas capitana de navío es ya completamente imposible añade Fredi -, porque un capitán tiene que ser muy valiente. Necesita tres veces más valor del que puede tener una mujer.
En ese momento, Rosalinde se pone furiosa y grita:
- ¿Quién se atreve a saltar desde el trampolín de tres metros? ¿Tú o yo? ¿Quién se atreve a bajar al sótano oscuro? ¿Tú o yo? ¿Quién se atreve a trepar a la ponciana? ¿Tú o yo?
Fredi hace como si todo eso no fueran cosas arriesgadas.
- Yo también podría hacerlo. Lo que pasa es que no quiero - dice Fredi.
Entonces, la furia de Rosalinde IIega a tal extremo que se pone roja y tiembla de ira. Se levanta de un salto y agarra a Fredi por un brazo.
- ¡Reconoce que soy, por lo menos, tan valiente como tú! - vocifera.

Pero Fredi no lo reconoce. Rosalinde desiste. A veces, tener razón no sirve para nada.

Rosalinde vuelve a sentarse junto a la mesa y deja que la excavadora dé vueltas levantando materiales y volviendo a descargarlos.

“Allá él”, piensa Rosalinde. “¡Ya se dará cuenta! ¡Ya se dará cuenta! ¡Y cuando yo sea arquera de fútbol vendrá a pedirme un autógrafo! Los autógrafos de arqueras están muy solicitados. Y tendrá que hacer una cola muy larga para acercarse a mí. ¡Pero ya veré si Io doy o no mi autógrafo!”
CHRISTINE- NÖSTLINGER

CUENTO EL NIÑO HÉROE - RESUMEN

EL NIÑO HÉROE


Madre, figúrate que vamos de viaje; que atravesamos un país extraño y peligroso. Yo monto un caballo rubio al lado de tu calesa. El sol se pone; anochece. El desierto de ese misterioso campo, gris y desolado, se extiende ante nosotros. El miedo se apodera de ti, y piensas: “¿Dónde estamos?”. Pero yo, mostrándome seguro, te digo: -No temas madre. La tierra está erizada de cardos y la cruza un estrecho sendero. Todos los rebaños han vuelto ya a los establos de los pueblos, y en la vasta extensión no se ve ningún ser viviente.
La oscuridad crece, el campo y el cielo se borran y ya no podemos distinguir nuestro camino. De pronto, me llamas y me dices al oído: “¿Qué es aquella luz, allí, junto a la orilla?”. Se oye, entonces, un terrible alarido y las sombras se acercan corriendo hacia nosotros. Tú te acurrucas en tu calesa e invocas a los dioses. Los caminantes, temblando de espanto, se esconden en las zarzas. Pero yo te grito: -¡No tengas miedo, madre, que yo estoy aquí! Armados con largos bastones, los cabellos al viento, los bandidos se acercan. Yo les advierto: -¡Deténganse malvados! ¡Un paso más y estarán muertos! Sus alaridos arrecian y se lanzan sobre nosotros. Tú coges mis manos y me dices: “¡Hijo mío, te lo suplico, escapa de ellos!”. Y yo contesto: “Madre vas a ver lo que hago”. Entonces, espoleo a mi caballo y, lo lanzo al galope. Mi espada y mi escudo entrechocan ruidosamente. La lucha es tan terrible, madre, que morirías de terror si pudieras verla desde tu calesa. Muchos huyen, muchos más son despedazados. Tú, inmóvil y sola, piensas sin duda: “Mi hijo habrá muerto ya”.
Pero yo llego, bañado en sangre, y te digo: “Madre, la lucha ha terminado”. Tú desciendes de la calesa, me besas, y estrechándome contra tu corazón dices: “¿Qué habría sido de mí, si mi hijo no me hubiera escoltado?”Cada día suceden mil cosas inútiles. ¿Por qué no ha de ser posible que ocurra una aventura semejante? Sería como un cuento de los libros. Mi hermano diría: - ¿Es posible? ¡Siempre lo tuve por tan poca cosa! y la gente del pueblo proclamaría: -¡Qué suerte la de aquella madre, al tener ese hijo a su lado! Fin.
Rabindranath Tagore

CUENTO PARA EL DÍA DE LA NAVIDAD - "PARCHE ARRUGADO"

PARCHE ARRUGADO


Me llamo Martín y tengo nueve años. Antes, yo pensaba que las aventuras sólo pueden pasarte en cuevas oscuras. Ahora sé que las aventuras están donde menos te lo esperas. ¡Hasta en la leonera! La leonera no es ningún lugar peligroso, es así como llaman en casa a mi cuarto. Hasta ahora nunca me había pasado allí nada emocionante, sólo dormir y hacer tareas. Pero hace dos semanas... Fue el 24 de diciembre. Me desperté con treinta y ocho grados de temperatura. Lo sé porque mi mamá me puso el termómetro.
-¡Hoy no te levantas! No saldrás de tu habitación -dijo mi mamá, aprovechando que yo no tenía fuerzas para defenderme.
¡Qué desastre! ¡Enfermarme el 24 de diciembre...! -Lee una historieta y no te destapes -añadió mamá, mientras me besaba.
Entonces cogí una historieta de piratas y empecé a leer las aventuras del temible Parche Arrugado. Cuando ya había leído dos páginas y el pirata iba a asaltar un galeón repleto de oro, escuché una voz triste:
-¡No aguanto más! No puedo seguir así. La voz sonaba dentro de mi habitación. Sorprendido, miré a todas partes. ¡Allí no había nadie más que yo! -No lo soporto -volvió a decir la voz.
Me quedé helado, con la historieta en las manos y sin atreverme ni a respirar. -Y tú, ¿qué haces ahí tieso como un poste? ¿Qué te pasa? -me preguntó secamente aquella voz.
¡No podía creerlo! ¡El mismísimo Parche Arrugado se había salido de la historieta y me estaba hablando!
Como todo el mundo sabe, los personajes de las historietas no existen de verdad, pero... ¡aquél parecía que sí
-Me... me llamo Martín -dije-. Estaba leyendo tus aventuras... y en ese momento volvió a ocurrir algo sorprendente: Parche Arrugado se echó a llorar. Yo me quedé sorprendidísimo...
Estuvimos un rato en silencio hasta que se calmó y empezó a hablar:
-Creo que me he equivocado de oficio. Cuando cumplí diez años, mi padre me regaló un loro y un sable y me obligó a ser pirata, pero ésta no es mi vocación.
-¿y por qué, no te dedicas a otra cosa? -pregunté.
-¿Qué puedo hacer? -dijo-o Yo no sé hacer nada. Toda la vida he sido pirata.
-Podrías poner una tienda de animales. A mí me encantaría tener una tienda de gusanos. No sé..., también podrías trabajar en un circo o ...
En ese momento, se abrió la puerta de mi habitación y entró mi mamá con Marián, mi prima.
Yo cerré la historieta.
-Mira quién ha venido a verte -dijo mamá. Cuando mamá se fue, le conté a Marián lo del pirata que hablaba. Como Marián es chiquita, no le extrañó lo más mínimo que un pirata de historieta hablara.
Entonces, volví a abrir mi historieta. Pero por más que miramos y miramos aquella viñeta, Parche Arrugado no se movió.
Días después conté lo ocurrido a Quitín y a Arturo, mis mejores amigos. Pero se burlaron de mí y me dijeron que yo había tenido alucinaciones por la fiebre. No sé qué son alucinaciones.
Tampoco me importa lo que ellos crean. Yo sé que a veces en Navidad ocurren sucesos extraordinarios.

¿QUÉ PASÓ UN DÍA COMO HOY - 16 DE SETIEMBRE? Efemérides

¿QUÉ PASÓ UN DÍA COMO HOY - 16 DE SETIEMBRE?

Faltan 106 días para finalizar el año

• Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
655: Muere Martín I papa de la Iglesia católica entre 649 y 655.
1224: En Italia, Francisco de Asís anuncia haber recibido los estigmas o heridas de la pasión de Jesucristo.
1537: Se funda en Lima el Monasterio de la Concepción, a iniciativa de Inés Muñoz y María Chávez.
1542: En Chupas, Cristóbal Vaca de Castro vence a Almagro el Mozo quien es condenado a muerte.
1969: Se promulga la Ley de Protección de la Vicuña.
1980: Muere Jean Piaget, psicólogo suizo.
1988.- El Gobierno de Alan García corta las negociaciones con la empresa Shell, que pretendía explotar el gas de Camisea.
2000: El presidente Alberto Fujimori anuncia que recortará su mandato y convoca a nuevas elecciones en medio de una grave crisis por denuncias de corrupción.
 

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