ALADINO Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA

Una mañana, cuando acudió al mercado a hacer compras, un misterioso sujeto lo detuvo en su camino, diciéndole que sabía de su padre. “¿Conoció usted a papá?”, le preguntó con inusitada curiosidad.
El hombre le contestó: “Mustafá era mi primo, yo soy tu tío”, y lo acompañó a casa colmándolo de regalos. A su madre le pareció algo sospechoso porque Mustafá nunca le habló de tal pariente, pero al ver que se mostraba generoso con Aladino, accedió a que saliesen a dar un paseo por el bosque. Caminaron hasta llegar a la entrada de una cueva desolada. “Tienes que entrar le ordenó el sujeto porque allí hay una lámpara mágica que nos hará muy ricos”. Pero Aladino se rehusó, forcejearon y el hombre lo hizo ingresar a la fuerza, tapiando la entrada con una enorme roca. Quiso llorar, pero lo que vieron sus ojos lo dejó pasmado: “¡Cáspita, es un fabuloso tesoro!”. Eran cofres llenos de monedas, joyas de oro y brillantes; pero su vida corría peligro.

Aladino y su bella esposa recorrieron el mundo en la alfombra mágica que le concedió el bondadoso genio y fueron muy felices. Fin.
MORALEJA: Tener cuatela frente a los extraños
Anónimo.
0 comentarios:
Publicar un comentario en la entrada