LA SANDALIAS DEL MENSAJERO
                        
                        
                          Excelente cuento :)
                        
                        
                          Hace muchos años vivió en el Perú un mensajero llamado Hualachi.
                        
                         Este joven tenía un gran problema: como tenía un buen corazón, se entretenía por el camino, ayudando a las personas necesitadas, y nunca llegaba a tiempo para entregar sus mensajes.
Este joven tenía un gran problema: como tenía un buen corazón, se entretenía por el camino, ayudando a las personas necesitadas, y nunca llegaba a tiempo para entregar sus mensajes.
                        
                          Un día, su patrón lo despidió. Desalentado, se sentó al pie del camino y comenzó a la lamentarse. De pronto, una luz cegadora brilló en el cielo y le dijo:
                        
                        
                          - Hualachí, yo premiaré tu bondad. A tu lado tienes unas sandalias con las que podrás correr a la velocidad de un relámpago. Preséntate ante tu patrón y ruégale que de una última oportunidad.
                        
                        
                          El joven así lo hizo, y el patrón lo puso a prueba.
                        
                        
                          - Correrás con mis tres mensajeros mas rápidos – le dijo-. Tendrán que pasar por muchos pueblos y será fácil que encuentres a personas necesitadas. ¡Veremos si te entretienes o no!
                        
                        
                          Al día siguiente, los mensajeros tomaron la salida. Unos segundos después, vieron que Hualachi atravesaba el espacio como una centella. El muchacho entregó el mensaje, recogió la respuesta y regresó, en menos de lo que canta un gallo, ante su patrón. Este quedó convencido de que Hualachi era su mensajero más rápido, y volvió a confiar en él.
                        
                        
                          Y así, gracias a sus sandalias mágicas, Hualachi llevaba mensajes con sorprendente rapidez a los lugares más alejados. ¡Y todavía disponía de tiempo para ayudar a las personas necesitadas!
                        
                        
                          Cuento Popular Peruano.
                        
                       
                      
                    





 - ¡No te tengo miedo! -le dijo el sastrecillo, tragando saliva, y de inmediato se escondió en la manga de su enorme camisa.
- ¡No te tengo miedo! -le dijo el sastrecillo, tragando saliva, y de inmediato se escondió en la manga de su enorme camisa.
                        
 
  
      
 
      
 
       
 
                     
                    
                  
 
  
 
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
              

