UN BUEN HOMBRE Y SU HIJO

PERSONAJES: campesino, hijo, un caminante, doña Petra, el anciano; la niña.
Aparecen caminando un campesino, su hijo y un burro.
Luego aparece en escena un caminante.
CAMINANTE: Buenos días... ¿Adónde tan de mañana?
CAMPESINO: A San Isidro, señor.
CAMINANTE: Perdone la pregunta, ¿Cómo es que van a pie teniendo un burro?
HIJO: ¡Es cierto, papá! El señor tiene razón
CAMPESINO: Le agradezco su consejo... y adiós que se nos hace tarde. (Sale el caminante.) ¿Quién de los dos se subirá en el burro?
HIJO (amable): Súbete tú, papá. Yo puedo ir a pie.
El campesino se sube al burro.
Entra en escena una mujer con canasta.
CAMPESINO: Buenos días señora Petra.
DOÑA PETRA: Buenos días. (Se detiene y observa.) No es que me quiera mete en lo no me importa… pero ¿Cómo es que este pobre niño tierno y débil va a pie, y hombre fuerte y vigoroso y van montado en el burro?
HIJO (pensativo): Doña Petra tiene razón, ¿no te parece?
DOÑA PETRA: Buen viaje, y adiós. (Sale de la escena)
HIJO: ¿Qué te parece si hacemos como dice doña Petra?
CAMPESINO: Probemos
El campesino se apea y el, hijo se sube al burro. Entra un hombre viejo.
ANCIANO: Buen día.... (Se detiene; y observa.)
CAMPESINO: Buenos días…
ANCIANO: ¡Qué barbaridad! En mis tiempos no se veían es tas cosas. Un muchacho lleno de vida montado en un burro su pobre padre va a píe. ¡Qué falta de respeto! ¡Qué tiempo Dios mío!
Murmurando bajito va saliendo de escena.
CAMPESINO: ¿Qué opinas de lo que nos dijo el anciano?
HIJO: Que tiene mucha razón y que lo mejor será que tú también te subas. El campesino se sube en el burro y avanzan un poco.
(Entra una niña a escena).
NIÑA: ¡Pobre burro! ¡Miren no más qué cara de cansancio! ¡Qué ocurrencia! Montarse los dos sobre el pobre burro. (Va saliendo) ¡Pobre burrito!
CAMPESINO: Y ahora, ¿qué dices, hijo?
¿Crees que tiene razón?
HIJO: Yo creo que esa niña tiene razón, papá. Guamuchi se ve muy cansado.
CAMPESINO: Hijo mío, piensa que cuando salimos de casa y caminábamos los dos a pie, te parecía muy bien. Cuando nos criticaron y me subí al burro, también estuviste conforme. Después tropezamos con, alguien a quien no le parecía justo; me bajé te montaste tú y volviste a decir que tenía razón; y porque al montarnos los dos, la niña protesto acusándonos de ser crueles con el burro, crees también que es verdad lo que opinan. ¿Quieres decir pues, a quién tenemos que hacer caso?
HIJO: Ya me di cuenta, papá; pero, ¿qué vamos a hacer ahora?
CAMPESINO: Que esto te sirva para aprender a vivir. Nunca harás nada que le parezca bien a todo el mundo, así que obra como te convenga, con tal de no perjudicar a nadie y no dejes de hacer algo por miedo al qué dirán. Pues la verdad es que la gente dice a menudo lo primero que se le ocurre, sin tener en cuenta lo que es mejor para nosotros.
Adaptación de un cuento de El Conde Lucanor, del príncipe don Juan Manuel