DE DÓNDE PROVIENE EL NOMBRE PERÚ

Un navío de estos subió más que los otros y pasó la línea equinoccial por la parte sur y cerca de ella, navegando costa a costa, como se navegaba entonces. En aquel viaje, vio un indio que, a la boca del río, de muchos que por toda aquella tierra entran en el mar, estaba pescando.
Los españoles del navío, con todo el recato posible, echaron en tierra, lejos de donde estaba el indio, cuatro españoles grandes corredores y nadadores para que no se les fuese por tierra ni por agua. Hecha, esta diligencia, pasaron con el navío por delante del indio, para que pusiese los ojos en él y se descuidase de la celada que le habían preparado. El indio, viendo en el mar una cosa tan extraña, nunca jamás vista en esa costa, como era navegar un navío a todas velas, se admiró mucho y quedó pasmado, intrigado por lo que pudiese ser aquello que veía en el mar frente a él. Y tanto se embebeció y enajenó en este pensamiento, que primero fue abrazado por los que iban a prender, sin que él los sintiese llegar, y así lo llevaron al navío con mucha fiesta y regocijo para todos.
Los españoles, que acariciaban la idea de que los indios perdiesen el miedo al verlos con barbas y diferente traje al de ellos, le preguntaron con señas y palabras qué tierra era aquella y cómo se llamaba.
El indio, por los ademanes y movimientos de manos y rostros que le hacían (como a un mudo) entendía que algo le preguntaban. Respondiendo a prisa, antes que le hiciesen algún mal, nombró su propio nombre, diciendo Berú, y añadió otro: Pelú. Quiso decir con esto, "Si me preguntáis cómo me llamo, yo digo Berú, y si me preguntáis dónde estaba, digo que estaba en el río". Porque es de saber que, el nombre Pelú, en el lenguaje de aquella provincia, es nombre apelativo y significa río en común, como luego veremos en mención de un serio autor (...)
Los cristianos creyeron que, conforme a sus deseos, el indio les había comprendido y respondido de acuerdo a sus preguntas, como si todos ellos hubieran hablado en castellano, y desde entonces, 1515 ó 1516, llamaron Perú a todo aquel riquísimo y gran Imperio, alternando ambos nombres, como cambian los españoles casi todos los vocablos que toman del lenguaje de los indios de aquella tierra porque si tomaron el nombre del indio: Berú, trocaron la b en p y si fue del Pelú, que significa río, cambiaron l por r y, de una u otra manera, dijeron Perú
Otros cronistas, que presumen de más pulidos y modernos corrompen dos letras y en sus historias dicen Pirú. Los historiadores más antiguos, como Pedro de Cieza de León, el contador Agustín de Zárate, Francisco López de Gómara, Diego Fernández, natural de Palencia, y aun el muy reverendo padre Fray Jerónimo Román con ser de los modernos, todos le llaman Perú y no Pirú, y como aquel paraje, donde se desarrolló este suceso, venía ser límite de la tierra de los Incas, consideraron que todo el Imperio se denominaba así, y llamaron después Perú a todo lo que hay desde allí, Quito hasta Charcas, los puntos principales donde ellos se enseñorearon, más o menos unas 700 leguas de largo, aunque este Imperio llegaba hasta Chile, otras 500 leguas de largo, hacia abajo, reino muy rico y fertilísimo.
Inca Garcilaso de la Vega (Perú) Comentarios Reales de los Incas
