UNA NUTRIA PREGUNTONA

A Pat le gustaba mucho jugar y revolcarse en el mar para lavar su piel. Y también le gustaba mucho hacer preguntas. Quería saberlo todo.
Todos los días Pat iba a clase a escuchar a su profesor Geronte.
- Hoy tengo que hablarles de algo importante - dijo Geronte -.
Voy a hablarles de la historia de las nutrias que vivimos enlas costas del océano Pacífico, es decir, de las nutrias marinas.
Pat estaba ya impaciente por hacer su primera pregunta.
- Por favor, Geronte, ¿me puedes decir por qué nos llaman nutrias de mar? Porque, queyo sepa, a los hombres no los llamamos hombres de tierra.
- Es que no somos la única clase de nutrias que existe -dijo Geronte-. Hay por ahí unas nutrias cuatro veces más pequeñas que nosotras, a las que llaman nutrias de río por vivir sobre suelo firme y en los ríos. Pero, en realidad, no se parecen demasiado a nosotras, porque, por ejemplo, no tienen la costumbre de comer pulpos.
Un murmullo de espanto surgió de la zona donde se encontraban las nutrias jóvenes.
-¿Y qué es lo que comen entonces? - preguntó alguien.
- Creo que, sobre todo, comen pescado - dijo Geronte-. Pero ¿dónde nos habíamos quedado? Ah, sí. Decía que solíamos vivir por las costas de este gran océano, el Pacífico, pero que, en la actualidad, solamente quedamos escasos grupos dispersos aquí y allá. Esto se debe, en primer lugar, a que los hombres se dedicaban a cazarnos para conseguir nuestra piel.
- Ya decía yo -susurró una nutria joven.
- Sssshh - resoplaron las demás nutrias.
- Y aunque ahora ya no se les permite cazarnos - continuó Geronte-, nos quitan parte de nuestra mejor comida.
- Pero eso no es justo - exclamó otra nutria-.
Estamos ya bastante escasas de comida.
- Sí – dijo Geronte-. Pero el caso es que tendremos que salir a buscar la comida más lejos.
Nos adentraremos en el mar y así encontraremos peces y calamares, en lugar de mariscos. Dicho sea de paso,
¿saben que en otros tiempos nos llamaban viejos hombres de mar por nuestros bigotes?
- Y eso, ¿cómo lo sabes? -preguntó Pat audazmente.
- Porque me lo contó mi padre, y a él, el suyo, y así sucesivamente. Las nutrias viejas sabemos muchas cosas gracias a que otras nutrias, aún más viejas, nos las contaron.
-¿y yo soy un viejo hombre de mar? - preguntó Pat.
-Bueno, la verdad es que tienes unos bigotes magníficos -dijo Geronte, provocando con su respuesta una risotada general.
Jill Tomlinson
