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CuentosDeDonCoco - 2010. Con la tecnología de Blogger.

EL CARACOL Y EL ROSAL - Resumen

EL CARACOL Y EL ROSAL
En las praderas pastaban ovejas y vacas. Y en el centro del jardín crecía un rosal lleno de flores. A su abrigo vivía un caracol, cargando su inmenso caparazón.
- ¡Calma! -decía el caracol-. ¡ya llegará mi hora!
- Esperamos mucho de ti dijo el rosal-. Dinos cuándo...
- Me tomo mi tiempo -contestó-; así se preparan las sorpresas.
Al año, el caracol tomaba sol allí mismo, y el rosal echaba capullos y tenía la lozanía de sus rosas.
-¡Nada cambió! -dijo el caracol-. No habido el más ínfimo progreso
Pasó el verano, vino el otoño y el rosal siguió dando capullos y rosas hasta el invierno, cuando nevó en el prado. El rosal se inclinó y el caracol se cobijó, enterrándose. Meses después, con la primavera, las rosas salieron y el caracol también.
- Ya eres un rosal viejo -dijo el caracol-. Pronto morirás y no hiciste nada por tu desarrollo interno, ¡no distes otros frutos!
-Me asustas -dijo el rosal-.
Nunca lo pensé. Florecía de contento, ¡no podía evitarlo! Bebía del rocío y de la lluvia generosa; respiraba, ¡vivía! De la tierra y el cielo ganaba la fuerza. Sentía una dicha renovada. ¡No podía hacer otra cosa!
- Tu vida fue demasiado fácil -dijo el caracol.
-Cierto -dijo el rosal-. Pero tú tuviste más suerte aún. Eres un ser de gran inteligencia, que podría asombrar al mundo. Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué le has dado al mundo?
- ¿Darle yo al mundo? Anda, sigue cultivando tus rosas; deja que los castaños produzcan frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, yo tengo el mío dentro de mí mismo. El mundo no me interesa. Y el caracol se metió dentro de su casa y la selló. -¡Qué pena! -dijo el rosal-. Yo no puedo esconderme. Cierta vez vi cómo una madre guardaba una de mis rosas en su oratorio, y cómo una joven se prendía otra en el pecho, y cómo un niño besaba otra con emoción. Eso me alegró, ¡fue una bendición! y pasaron los años. El caracol se había vuelto polvo, y el rosal igual; y la memorable rosa del oratorio desapareció. Pero, en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo. ¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena... siempre sería la misma. FIN

Hans Christian Andersen

EL REY CUERVO - Resumen

EL REY CUERVO


Había un rey que tenía una bellísima hija, pero era tan engreída que no conseguía casarse.
Un día, el rey invitó a los nobles solteros de la corte; pero a todos la princesa desdeñó.
-¡Dios! -se burló de uno-, ese tiene mentón de pico de cuervo. y lo apodaron «rey cuervo». El rey, molesto, juró casarla con el primer mendigo que pasara por palacio. Días después, un infeliz se puso a cantar en el portón pidiendo una limosna: -Cantas tan bien -le dijo el rey- que te casaré con mi hija. Ella se asustó pero el rey fue enfático, celebrándose la boda a toda prisa. Y el soberano se despidió así de su hija: -Un mendigo no puede vivir acá, así que sigue a tu esposo.
Se fueron a pie; hasta que ella, cansada, le preguntó:
-¿A quién pertenece este magnífico bosque?
-Al «rey cuervo» -le dijo- Pudo ser tuyo, pero te - burlaste de él. Y se lamentaba ante tantas riquezas del «rey cuervo».
Llegaron así a su pobre choza. Al otro día, el mendigo le pidió que le preparase algo; pero todo lo hacía torpemente.
-¡No sirves para nada! -le gritó-Ojalá puedas vender estos frascos de ungüento en el mercado del pueblo.
-¡Dios! -gritó ella-. ¡Si me ven así, se burlarán despiadadamente! Al inicio le fue bien; pero un borracho casi la atropella con su caballo, cayendo los frascos y quebrándose en mil pedazos.
Llorando, volvió a casa y le contó al esposo lo ocurrido.
-¡Inútil! -le gritó- En el castillo piden una criada, ¡ve allí ahora! y tuvo que realizar los más humillantes servicios.
Al día siguiente, presenció una gran fiesta del rey. Ante tanto lujo, maldijo su orgulloso engreimiento. De pronto, entró el famoso «rey cuervo», quien al verla tan bella la invitó a bailar. Ella se negó avergonzada, evocando su ofensa. Y corrió a la salida, dejando caer los alimentos que llevaba para su esposo. Y eso, provocó la burla de la gente. Quiso huir, pero alguien la frenó. Al elevar la vista, vio nuevamente al «rey cuervo»:
-No temas, -le dijo tiernamente- el mendigo que te desposó y yo, somos la misma persona. El borracho que quebró tus frascos, también fui yo. Todo lo hice para castigar así tu altanería.
-Muchas quejas debes de tener en mi contra -dijo ella sollozando- y, desde luego, soy muy indigna de ser tu esposa.
- Yo te perdono porque te amo. Ahora, seremos felices. Le restituyeron sus vestiduras y el rey llegó con su corte para retirar el castigo. Fin
Los Hermanos Grimm

RUMPELSTIKIN - Resumen

RUMPELSTIKIN


Érase un pobre molinero que tenía una bellísima hija; pero como era muy presumido, un día le mintió al rey: -Mi hija, además de hilar, convierte la paja en oro. y el rey la invitó a su palacio.
Al llegar, la condujo a un cuarto lleno de paja. Le dio una rueca y un carrete, diciéndole: -Si mañana toda esta paja no es oro, morirás -y se marchó.
La pobre, muy sola, se echó a llorar. De pronto asomó un extraño hombrecito, quien le preguntó la causa de su pesar: - Tengo que hilar toda esta paja -dijo ella- y convertirla en oro. Prometió ayudarla, pero si a cambio le daba su collar. La joven le entregó el collar, y el hombrecito se sentó ante la rueca y no paró hasta convertir toda la paja en oro. Al día siguiente llegó el rey, y al ver tanto oro enloqueció.
La llevó a una sala más grande, repleta de paja, y le ordenó lo mismo. Al dejarla sola, reapareció el hombrecito. Esta vez ella le dio su sortija. y el hombrecito llenó la sala de oro. Pero, al otro día, el rey quiso más. La llevó a un patio lleno de paja. “Si lo llenas de oro -le dijo- serás mi esposa”.
Volvió el hombrecito, pero ella ya no tenía nada que darle. “Te ayudaré - -dijo- pero me darás a tu hijo cuando seas reina”. Ella pensó que nunca sería madre y, para salir del paso, aceptó la propuesta. El hombrecito, feliz, trabajó nuevamente el oro. Y al ver los resultados, el rey se casó con la molinera.
Un año después nació un bello príncipe. La reina había olvidado al hombrecito. Más -de pronto- lo vio entrar, reclamando lo prometido. La reina le lloró, ofreciéndole mil riquezas: -No, -contestó- el niño vale más que cualquier tesoro; pero si adivinas mi nombre te dejaré al niño. Tienes tres días de plazo. La reina movilizó a toda la corte, y al empezar a mencionarle miles de nombres la respuesta siempre fue negativa. Al tercer día, ella seguía preguntando: “¿Te llamas Arbilino, Patizueco o Trinoboba?”. Y el hombrecito lo negaba rotundamente. Sintiéndose perdida llegó su ujier, contándole que al subir a una cuesta llegó a una casita, en cuyo interior el hombrecito cantaba: Hoy tomo vino y mañana cerveza, después al niño sin falta traerán. Nunca, se rompan o no la cabeza, el nombre Rumpelstikin adivinarán. y la reina, feliz, se lo gritó al oído: “¡Eres Rumpelstikin!”. -¡Te lo dijo la bruja! -gritó el hombrecito y se marchó, furioso, al saber que había trabajado mucho sin lograr su vil objetivo. Fin
Los Hermanos Grimm

EL FLAUTISTA DE HAMELIN - Resumen

EL FLAUTISTA DE HAMELIN
Hamelín era una localidad tranquila y hospitalaria, con un alcalde que pasaba el día contando sus bienes y riquezas, olvidando sus tareas de la comunidad. Pero una tarde su gente sufriría un ataque de espanto.
Cientos de animales de ratones habían invadido las calles y casas de la cuidad, causando pavor entre la población. Atormentados por la terrible plaga, la gente se acercó en masa hasta el local municipal en son de protesta, obligando a que el alcalde olvide por un rato la manía de contar las monedas de oro. Fue el pregonero del municipio quien leyó el dispositivo que buscaba frenar la plaga roedora, el mismo que decía: “Se dará una jugosa recompensa a la persona que acabe con la plaga de ratones que han invadido nuestra cuidad. El alcalde de Hamelín”
Se presentó un gran número de postulantes y todos fallaron. Mientras que el alcalde era pifiado, los ratones hacían de las suyas en toda la ciudad.
Ya iba a presentar su renuncia cuando el alcalde recibió ha visita de un raro y pintoresco personaje.
- Yo le prometo acabar con todos los ratones -le dijo- a cambio de la recompensa.
- Si lo hace -dijo el alcalde- tendrá derecho a ella, ¿pero cómo logrará esa hazaña?
- Con una técnica propia - dijo el hombre y comenzó a tocar su reluciente flauta.
El alcalde lo dejó ir y al mirarlo por la ventana que bailaba con la música de su flauta, pensó: "Está loco”. Pero su duda se volvió asombro al ver que todos los ratones perseguían al extraño flautista, como si estuviesen hipnotizados.
Así se los llevó hasta las afueras del pueblo y al cruzar el río, todos los ratones se ahogaron. Cuando el flautista volvió a la ciudad para cobrar la recompensa, le dijo el alcalde: - Ha sido un trabajo muy fácil y no merece tanto dinero. El noble flautista, sin perder el aplomo, contestó:
- Muy bien, quizás algún día me necesite. Adiós.
Y se fue danzando con su pegajosa melodía. Al rato otra turba irrumpió en el municipio:
- Los niños han desaparecido – dijeron - y un testigo dice que siguieron la música del flautista. Cientos y miles de ratones habían, invadido las calles y casas de la ciudad,
Así fue. Se los llevó a una cueva, la que se cerró como por encanto. Fueron días muy tristes y el alcalde, al sentirse culpable, rogó: "Perdóname noble flautista y daré justo pago por el bien que nos hiciste, pero devuélvenos a los niños". Al día siguiente los niños le devolvían la vida y la alegría a Hamelin y el buen flautista se despedía feliz sabiendo que dejaba una gran enseñanza. Fin
MORALEJA: Todo esfuerzo merece su recompensa
Hans Christian Andersen

EL SOLDADITO DE PLOMO - Resumen

EL SOLDADITO DE PLOMO

Jorgito obtuvo buenas calificaciones escolares y recibió como premio una caja de juguetes con trenes, un arlequín, una danzarina y soldaditos de plomo.

Con tristeza, Jorgito se dio cuenta que a uno de sus soldados le faltaba una pierna, pero lo quiso más porque ello indicaba que la había perdido heroicamente en una batalla. Ya muy noche y cuando todos dormían, sonó el clarín de los juguetes y uno por uno empezaron a cobrar vida. El soldadito de plomo quiso estar más cerca de la muñeca danzarina que no paraba de sonreírle, pero el malvado arlequín negro se interpuso entre ellos tratando de evitar su cercanía. Y fue tanto su rencor que al abrir la ventana logró que un fuerte viento lanzara por los aires al soldadito que apenas si podía mantenerse con una sola pierna.
La danzarina sollozó y el arlequín se burló al ver que el soldadito caía en una charca y que un vagabundo lo alejaba en un endeble barco de papel. Pero, lejos de sentirse vencido, el valiente soldadito de plomo al percibir el llanto de su amada danzarina se armó de valor y blandiendo su espada, decidió enfrentar al malvado arlequín y a los que no querían verlos juntos.
El barquito de papel tomó el curso de una alcantarilla y en medio de la oscuridad, el soldadito pudo presentir la presencia del enemigo. Esta vez era una inmensa y voraz rata que trató de atacarlo, pero gracias a la hábil maniobra de nuestro héroe pudo alejarse de la orilla, al tiempo que el hambriento roedor le gritaba:
“¡Maldito soldado de plomo!, pero si yo no he podido acabar contigo, más allá te llevarás una amarga sorpresa. ¡De esta no sales vivo, soldadito mutilado, ja, ja, ja, ja...!”
No le hizo caso y siguió navegando en busca de su amada muñeca danzarina.
Pero la amenaza del roedor se hizo realidad: el barquito se dejó llevar por la corriente que anunciaba la presencia de un río. El barco naufragó, el soldadito se hundió muy profundo y allí un salmón se lo trago apuradamente. Ya dentro, una especie de sismo lo lanzó contra el espinazo del pez y quedó desmayado. Al despertar no podía creerlo: estaba en casa de Jorgito, adonde llegó pues el salmón había sido pescado para cenarlo. El soldadito corrió en busca de su amada danzarina. Se abrazaron felices e iban a casarse, pero el malvado arlequín atropelló al soldadito, enviándolo a las brasas de la chimenea. Sin pensarlo dos veces, la bella danzarina fue tras él y algo maravilloso ocurrió. El cielo los llamó y juntos se elevaron para ser felices durante toda su vida. Fin
MORALEJA: La envidia es propia de los inferiores
Hans Christian Andersen.

¿QUÉ PASÓ UN DÍA COMO HOY - 21 DE SETIEMBRE? Efemérides

¿QUÉ PASÓ UN DÍA COMO HOY - 21 DE SETIEMBRE?
Faltan 101 días para finalizar el año
Setiembre: 21
• Día Internacional de la Paz.
• 1552: Muere el Virrey don Antonio Hurtado de Mendoza.
• 1558: Entra en vigencia la Real Cédula de censura
• 1721: Se funda la Universidad de La Habana.
• 1740: Nace en Chincheros, Mateo García Pumacahua, el brigadier patriota.
• 1812: Nace en Arequipa, Mateo Paz Soldán, notable matemático y astrónomo.
• 1969: En Lima, se inicia la comunicación telefónica vía satélite en el Perú.
 

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