CIUDADANO JOVEN
A Mowgli le tenían sin cuidado las diferencias de clase de los hombres. Si el borrico del alfarero caía en un lodazal, él lo sacaba y ayudaba al hombre a ordenar sus vasijas y cazuelas.
¡Un escándalo! Cuando el cura lo reprendió, Mowgli lo amenazó con hacerlo montar en el borrico. El marido de Messua le consiguió trabajo para apacentar búfalos. ¡Excelente! Como ya aportaba, tenía derecho a asistir a las sesiones diarias que se hacían a la sombra una gran higuera. Allí estaban todos: el jefe, el vigilante, el barbero- un gran chismoso- y el viejo Buldeo, que poseía un arma de fuego. Todos fumaban.
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