
-Tienen razón -afirmó, triste,
Mowgli-. He sido muy malo.
-¿Qué establece la Ley de la Selva, Baloo? -dijo Bagheera.
No quería molestarlo, pero no podían quebrar la Ley.
-Ha cometido una falta y debe ser castigado -dijo Baloo.
Bagheera le propinó entonces media docena de zurras. Lo hizo cariñosa y suavemente, aunque para el niño resultó una gran paliza. Luego, Mowgli se paró sin decir nada.
Así, saldaron las deudas. Mowgli se tendió sobre el lomo de Bagheera, apoyó la cabeza y quedó dulcemente dormido. No despertó ni cuando lo dejaron junto a Madre Loba.
CANCIÓN AMIGA
“¿Somos algo más, amigos caminantes?
Sí, en tu cuerpo el rabo se adivina.
Monos, éste es el ser de nuestra vida.
Venid, haced más apretadas nuestras filas,
que entre pinos enloquecen
buscando uvas silvestres.
Ruido de mañana enfebrecida.
¡Qué grande va a ser nuestra jornada!
La muerte de Shere Khan,
cazador, saliste a cazar hoy el primero.
Horas largas de tedio y frío intenso.
Enseña la pieza en que tanto soñaste.
Se fue por la selva, mundo impenetrable .
¿Qué fue de tu orgullo y de tu fuerza?
Volaron muy lejos, por la herida abierta.
Tu vergüenza arrastras con aire de muerte
Me voy a mi casa. Conozco mi fuerte”.
