DANZA DEL HAMBRE

Baloo se fue a la cisterna a beber y Bagheera acicaló su piel con esmero. Entonces Kaa, con un extraño chasquido, se dirigió hacia la terraza.
-¡No hay Luna, pero ¿pueden verme aún?! -gritó Kaa.
-¡Te vemos claramente! -dijeron, aterrados, los monos.
-¡Bien! Conocen mi Danza del Hambre. ¡Quietos y miren!
Se enroscó, empezando a danzar con óvalos y toda clase de figuras. Ya no se veían sus ataques, pero seguía el ruido de sus escamas.
Baloo y Bagheera, petrificados, lanzaron aullidos lastimeros.
Mowgli no entendía lo que estaba pasando.
Rudyard Kipling
Fuente: Colección Amiguitos
Fuente: Colección Amiguitos
