UN CERRO QUE TIENE HISTORIA

Los geólogos dicen que es una mole de piedra que no esconde metal alguno.
Un sabio dijo que era peligroso porque cobijaba un volcán de agua.
Las lluvias le dan pintoresca vista, pues se cubre de flores y gramalote que sirve al ganado.
En 1536 el Inca Manco, a la vez Que con un ejército de ochenta mil indios sitiaba el Cuzco envió veinticinco mil sobre la recién fundada ciudad de lima; quienes, para ponerse a salvo de la caballería española acamparon a la falda del cerro, delante del cual pasaba un brazo del Rímac.
Siempre que ellos emprendían el paso del río para consumar la victoria volvíase tan impetuoso, que centenares de indios perecían ahogados.
Por el contrario, a los españoles les bastaba encomendarse a San Cristóforo -cargador de Cristo- para vadear el río y embestir sobre el enemigo pero con poco de éxito, pues era rechazados y se replegaban a la ciudad. A no obrar un milagro, los españoles estaban perdidos. Y el milagro se realizó.
La mañana del 14 de setiembre día que la Iglesia celebra la Exaltación de la. Cruz, los indios emprendieron la retirada sin que ningún historiador haya explicado su motivación.
A las cuatro de la tarde don Francisco Pizarro, -seguido de sus conmilitones- se dirigió al cerro lo b bautizó como San Cristóbal, y colocó en la cumbre una gran cruz de madera.
Como no habían templos aún la misa dominical se celebraba en la Plaza Mayor, callejón de Petateros, inaugurándose en 153 la capilla del cerro, a la que afluía el vecindario en los días de fiesta. Después, anualmente, el 14 de setiembre efectuaba se una bulliciosa romería al San Cristóbal.
Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.
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