FRAY MARTÍN YA NO HACE MILAGROS

El escritor, padre Ventura de la Ráulica, en su panegírico de Fray Martín (1863) refiere que estuvo el santo en las Molucas, China y Japón, libertando del martirio a jesuitas misioneros, pues Dios le concedió el privilegio de la doble presencia. Consta en su proceso de canonización.
En pleno siglo XVII, todas las mañanas acudían a Santo Domingo un cardumen de viejas y muchachas devotas en demanda del lego. Fastidiado el prior de que acudieran más faldas que al jubileo, resolvió sentenciar padre – dijo el lego.
- Le prohíbo hacer milagros Sin antes pedirme permiso.
- Acato la prohibición, reverendo padre -dijo el lego.
Pero, seguía haciendo milagros de poca monta.
Un día resbalose del andamio un pobre albañil, y en su cuita gritó:
“¡Sálveme!”. Fray Martín alzó las manos y le dijo: “Espere, que voy por la licencia”. Y el albañil esperó en el aire. - ¿Qué permiso voy a dar si ya está el milagro? -dijo el prior - En fin, anda y remátalo, pero que no se repita.
Fallecido en noviembre de 1639, a los sesenta años, nadie se quedó sin reliquia de un reta cito del hábito o sin una pulgada de tierra de la sepultura; la que, dizque, curaba la diarrea. Las reliquias se fueron al olvido, y las del convento, el arzobispo republicano Jorge Benavente, el 28 de setiembre de 1837, las remitió a Roma. ¡Si hemos sido ingratos, que ya no tenemos ni sus reliquias!
El difunto no anduvo remolón para hacer milagros. Por eso, una mañana se levantó con la vena gruesa el prior y junto a la sepultura, le dijo solemne:
“Hermano Martín, siempre me obedeciste, y no creo que en el cielo te hayas vuelto orgulloso: ¡basta de milagros... No vuelvas a hacerlos!”.
Lo que Fray Martín sigue acatando, pues de sus milagros prodigiosos, después de 1640, nada. Hoy, lo más hacedero me parece criar moscas con biberón que hacer milagros.
Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.
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