CASTILLA

defendiste en la lid su santa causa
y al ruido del cañon fuiste el primero,
que la bandera de paz levanta.
El valor te ilumina y justiciero,
la patria libras de extranjeras planta
y más radiante en tu fulgor postrero
cual sol de liberta tu luz encarna.
Hijos de las batallas: el destino
sus bellas horas quiso reservarte
y en el triunfo el ángel fue tu destino.
¡Ilustre magistrado! Tu estandarte
fue la Constitución. Mi frente inclino
y uno al pueblo mi voz al saludarte.
Manuel Nicolás Corpancho
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