19/08/2010

ICHI, EL ENANTO – Día del Folclor 22 de agosto

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Hola amiguitos, hoy les presentaré una historia bonita de Ichi - El Enanito
Bajo el cielo azul y limpio del Callejon de Huaylas estás Qjelle Huanca.
Cuenta la leyenda que hace, mucho años, en Qjlle Huanca se abrió la tierra y brotó un enanito. Se llamaba Ichi, que en quechua significa “pequeño”. A Ichi le gustaba estar desnudo. Y tenía una cabellera brillante como el fuego.

El día que Ichi brotó de la tierra, se sentó sobre una piedra y sacudió alegremente su encendido su cabello. Sus ojitos era muy hermoso, de sembríos verdes adornados de amarillo retama. Pero hacia mucho frio. Ichi se estremeció y se puso a llorar como un lechoncito.

Más tarde, el sol calentó los campos y el enanito, muy contento, empezó a saltar por entre los riscos y las peñas. Su cabellera roja se andaba enredando entre las pencas y las tunas. A Ichi le fue gustando Qjelle Huanca y se quedó allí.

En las noches, tocaba su barriga como si fuera un tambor. Y el sonido ronco resonaba de cerro en cerro. En las tardes calladas soplaba su quena, y la flautita se llenaba de tinos.

Pero sobre todo, a Ichi le gustaba asustar a los campesinos, y cuando los encontraba recogiendo leña, gruñía sordamente.

A Ichi le divertía mucho cantar debajo de la tierra, y sus canciones salían al aire como el agua de algunos puquiales cuando se convierte en nube. En los amaneceres celestes, las tonadas lejanas del enanito Ichi despertaba a los niños, y territorios mugían dulcemente.

Nadie en Qjelle Huanca vio jamás el enanito de la caballera roja, pero lo adivinaban en el agua, en los cerros, bajo la tierra. Todas las noches esperaban su toque de tambor para dormirse, y se acostumbraron tanto al canto de su flautita, que al cabo de un tiempo ya no supieron amanecer sin él.

Leyenda del Callejón de Huaylas

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