09/11/2010

AGUA MANSA - RESUMEN - TRADICIONES DE RICARDO PALMA

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AGUA MANSA
El teniente Mantilla, de “Húsares de Junín”, habíase portado como un bravo en la guerra de Colombia y después, en la del Perú. Era un gran jinete y lanza certera. Tan sólo las hijas de Eva lo hacían pecar de vez en cuando. 
Oficial cumplidor de su deber; les contaré el cómo, de la mañana a la noche, se convirtió de agua mansa en agua brava:
A inicios de 1826, cuando la Independencia era un hecho consumado, a Mantilla le alcanzó la cesantía.
Una mañana se abotonó el raído uniforme y fue a plantarse al Ministerio de Guerra, a fin de esperar al ministro del ramo: el general colombiano Tomás Heres.
- Señor, no aguanto más miseria -le dijo Mantilla- por eso ruego a usía que, como paisano y jefe, me procure las cuatro pagas que me deben, para así volver a Colombia.
- ¡No hay plata! -contestó con sequedad el ministro.
- ¡Y cómo vivo mi general! ¿Del aire? -protestó Mantilla.
- Sí, señor; del aire o échese usted a robar.
- ¿A robar? Sí... ¿eh? Pues con su permiso, mi general.
Tres días después celebrábase en Lurín la fiesta de San Miguel. Y al general Heres fuele tan halagüeña la suerte con los gallos, que ganó sesenta peluconas. A las seis de la tarde, escoltado por dos soldados, inició su retorno a Lima.
Pasaban por la Tablada, cuando unos diez jinetes los detuvieron; acercándose el líder, quien le dijo:
- Buenas noches, general. Por favor, páseme su maleta.
- ¡Usted, teniente Mantilla, un vencedor de Junín!
- Yo mismo, general. Usía me mandó que robase y yo nunca puse peros a las órdenes del superior.
Y la maleta cambió de dueño. Fue el primer robo del capitán de ladrones
“Agua Mansa”, cuya banda devino en el terror de los caminos hasta 1829, cuando Mantilla fue fusilado en la Plaza Santa Ana.
Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.

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