12/08/2010

EL PERRO QUE SUPO ESPERAR

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Conozcan la historia tan conmovedora de "amo a primera vista", Esta lectura se trata como "Mister Hueso" llega a querer a tanto a su amo Jim, y disfrutan bellos momentos inolvidables, pero llega un día en que Jim tuvo que hacer un viaje sin retorno, en esos momentos Mister Hueso se puso muy triste. ¿Quiéren saber el fin...? allí les dejo, espero que les guste.

EL PERRO QUE SUPO ESPERAR

Mi hermano Jim era un hombre muy valiente y bondadoso; capaz de hacerle frente mas envalentonado, pero cuando de mujeres se trataba, era todo un caballero. En toda mi existencia no he conocido a una persona más considerada con las mujeres, niños, perros, que él.
Hace algunos años Jim vino a vivir a mi casa, cuando "Mister Hueso" lo conoció no aceptó otro amo que no sea é1. Se puede decir que fue su amo a primera vista.
El perro seguía a Jim como a su sombra. Siempre que su amo salía de viaje, é1se empeñaba en acompañarlo. Mi hermano le decía:
- No "Mister Hueso", ahora no. Ya volveré. En el próximo viaje te llevaré.

Muchas veces la ausencia de Jim duraba varias semanas, pero su fiel perro esperaba pacientemente. Así el can confiaba en su pronto regreso y cuando él volvía se iban a larguísimos paseos.
Cuando Jim no viajaba, el perro iba todas las noches después de la comida a dormitorio, al poco rato volvía con las pantuflas y las dejaba en el suelo frente su butaca en la que estaba su amo descansando, el can se echaba cerca a é1 y apoyaba su hocico en uno de sus pies.

Así permanecía hasta que Jim se levantaba.
Cierto día, Jim cayó muy en fermo y me dijo:

- Siento que me está fallan do el corazón, creo Bill que me queda poco tiempo de vida.

Antes de morir, pregunt6 por "Mister Hueso" y afirmó lo si guiente:

- Le voy a hacer mucha fal ta, déjalo entrar.

Al ver a su amado perro, con sus ojos lagrimeando le dijo:

- Ya volveré mi fiel amigo, ya volveré. Espera... hasta la próxima.

Todos los familiares sentimos profundamente la muerte de Jim; pero comprendimos que así es la vida, que el ser humano nace, crece, se reproduce y lamentablemente tiene que morir.
"Mister Hueso" seguía aguardando la llegada de Jim, porque sabía que su amo no le fallaba nunca. Un día sacó las pantuflas de su amo, las llevó a la cocina y las metió en su caja don de dormía. Habían transcurrido cinco años, en la sala estábamos mi mujer y yo, todo estaba en calma y "Mister Hueso" se había echado cerca a Emilia. El perro de pronto comenzó a mover la cola y a golpearla contra el suelo. Luego el animal se levantó, fue a la cocina y de su caja sacó las pantuflas de su amo, las dejó frente a la butaca y se echó encima de una de las pantuflas de Jim. Yo sentí de pronto que la casa se estaba llenando de ese aire de bondad que Jim esparcía en torno suyo. Emilia y yo nos fuimos a dormir, ella señalando al perro me dijo que no lo despertara.
Al día siguiente por la mañana encontramos a "Mister Hueso" tal como lo habíamos dejado la noche anterior; estaba completamente inmóvil, había ido a reunirse con su amo.

Fuente: Lectura es Vida
Editorial: Escuela Activa S.A.

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