8 de septiembre de 2010

CUENTO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ - ¿POR QUÉ NOÉ ELEGIÓ A LA PALOMA?

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¿POR QUÉ NOÉ ELEGIÓ A LA PALOMA?

Una serie de cualidades de todos los animales.

Un día, Dios vio que los hombres habían relajado sus costumbres y desviado su conducta del buen camino. Habían dejado de creer en Él y ofrecían sacrificios a otros dioses.
Entonces decidió castigar a los hombres y enviar a la Tierra el diluvio universal. Pero antes, llamó a Noé, un hombre justo, y le mandó construir una arca (es decir, una embarcación) con capacidad para que Noé pudiera cobijarse con su familia cuando comenzara a llover y subieran las aguas. También le ordeno llevar con él algunos, para preservar sus especies sobre la faz de la tierra.

Los animales habían oído que Noé acogería en el arca sólo a las mejores criaturas vivientes. Por eso, todos acudieron rápidamente junto a Noé y empezaron a presumir de sus virtudes.
- Yo soy el animal más fiero y noble – dijo el león-. Deberías salvarme.
El elefante intervino.
- No hay tan grande como yo. Mira qué trompa tengo, por no hablar de mis orejas. Si eres sabio, me llevarás contigo.
- ¿Qué importa el tamaño? – replicó el zorro-. Mi inteligencia es superior a la de cualquier animal.
- Pero ninguno de ustedes es capaz de trepar a los árboles – dijo el mono.
- ¡Qué te has creído tú eso! – protestó la ardilla-. ¿Y yo, qué?
La fila de animales era cada vez más larga. Todos discutían porque querían subir al arca.

- Yo soy tan fiero como el león y mucho más guapo- dijo el tigre.
Y la oveja, que parecía medio dormida, baló:
- Ustedes no hacen nada útil. Yo sí que soy importante: le doy al hombre leche y lana. ¡Qué rico se abrigan todos con mi fibra!
- Pero sin mí no habría miel – dijo la abeja.

La jirafa, que mordisqueaba distraídamente la copa de un árbol, habló desde lejos.

- ¡Bah! No hay comparación. Comparados conmigo, todos ustedes son unos bichos insignificantes y enanos.
Pasaba el tiempo y todos los animales seguían hablando sin parar. Todos excepto la paloma, que estaba sola en una rama. Entonces Noé se fijo en ella, la llamó y dijo:

- Y tú, paloma, ¿Por qué estás tan callada? ¿No tienes nada de qué presumir?

La paloma se ruborizó porque era muy tímida y respondió en voz baja:

- Es que… bueno, yo no soy ni mejor ni peor que el resto de los animales. Creo que cada uno de nosotros tiene algo especial y distinto que los demás no tienen.

Noé se quedó asombrado de su sabiduría.

- Tienes razón – dijo-. Llevaré en el arca criaturas de todas las especies. ¡Subid todos!

Al oírlos, los animales se pusieron muy contentos, olvidaron sus disputas y subieron al arca. Cada quien lo hizo con su pareja.

Al cabo de un tiempo, comenzó a llover… Y llovió y llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. Al tierra se inundó y sólo se salvaron las criaturas que Noé había recogido.

Tras la última noche de lluvia, Noé envió a la paloma a tierra en busca de noticias. Poco después, la paloma regresó con una rama de olivo en el pico. ¡Era la señal esperada! ¡Las aguas habían bajado y los árboles quedaban al descubierto!

Por fin, cuando la Tierra se secó, Noé y todos los animales pudieron salir del arca.

Y, desde entonces, en recuerdo de aquellos hechos, la paloma es considerada para todos el símbolo de la paz.

I, Bashevis Singer

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